· La muerte y yo

"Sólo el que ha experimentado el colmo del infortunio puede sentir la felicidad suprema. Es preciso haber querido morir para saber cuan buena y hermosa es la vida. Vivan, sean dichosos y no olviden nunca que hasta el día en que Dios se digne descifrar el porvenir del hombre, toda la sabiduría humana estará resumida en dos palabras: ¡Confiar y esperar! "