Perdon por la tristeza

El fin del mundo ya paso

jueves, 16 de septiembre de 2010

· Despues de la caida

Cuando miro atrás el Jardín es un sueño para mí. Era hermoso, abrumadoramente
hermoso, encantadoramente hermoso; y ahora está perdido y no volveré a verlo.

El Jardín está perdido, pero yo lo encontré a él y estoy contenta.
Él me ama tanto como puede; yo lo amo con todo el vigor de mi naturaleza apasionada y esto, creo, corresponde a mi juventud y mi sexo.
Si me pregunto por qué lo amo, descubro que no lo sé y no me importa realmente mucho saberlo; así que supongo que este tipo de amor no es producto del razonamiento y las estadísticas, como el amor por otros reptiles y animales.
Creo que esto debe ser así. Amo ciertos pájaros por cómo cantan; pero no amo a Adán por cómo canta: no, no es eso; cuanto más canta más lejos me siento de estar reconciliada con su canto.
Sin embargo, le pido que cante, porque deseo aprender a gustar de todo lo que le interese. Estoy segura de que puedo aprender, porque al principio no podía soportarlo, pero ahora puedo.
Agria la leche, pero no importa; puedo acostumbrarme a ese tipo de leche.

No es por su brillantez que lo amo: no, no es eso.
No hay que culparlo por su brillantez, tal como es, porque él no se hizo a si mismo; es como Dios lo hizo y eso basta.
Había un propósito sabio en ello,eso lo sé.
Con el tiempo se desarrollará, aunque creo que no será brusco; y, además, no hay apuro; él está bastante bien como es.
No es por sus modales graciosos y considerados y por su delicadeza que lo amo.
No, tiene fallas en ese sentido, pero está bastante bien así y va mejorando.

No es por su industriosidad que lo amo: no, no es eso. Creo que la lleva en él y no sé por qué me la oculta. Es mi único dolor.
Por lo demás es franco y abierto conmigo, ahora.
Estoy segura de que no me oculta nada sino esto. Me apena que deba tener un secreto para conmigo y a veces me arruina el sueño pensar en eso, pero lo sacaré de mi mente; no me preocupará mi felicidad, que por lo demás es plena, casi desbordante.

No es por su educación que lo amo: no, no es eso.
Es autodidacta y realmente sabe muchas cosas, pero no son esas.

No es por su caballerosidad que lo amo: no, no es eso.
Él me lo dijo, pero no lo culpo; es una peculiaridad del sexo, creo, y él no hizo su sexo.
Por supuesto, no se lo habría dicho, habría muerto antes; pero esa es también una peculiaridad del sexo y no me jacto de ella, porque yo no hice mi sexo.
¿Entonces por qué es que lo amo? Sencillamente porque es masculino, creo.
En el fondo es bueno y lo amo por eso, pero podría amarlo sin eso.
Si me golpeara y abusara de mí, tendría que seguir amándolo. lo sé.
Es una cuestión de sexo, creo.

Es fuerte y apuesto y lo amo por eso y lo admiro y estoy orgullosa de él, pero podría amarlo sin esas cualidades. Si fuera sencillo, lo amaría; si fuera un desastre, debería amarlo; y trabajaría para él y me esclavizaría por él y rezaría por él y estaría junto a su lecho hasta que me muera.

Sí, creo que lo amo simplemente porque es mío y es masculino.
No hay otro motivo, supongo. Así que creo que es como dije al principio: que este tipo de amor no es producto del razonamiento y la estadística. Sólo llega - nadie sabe de dónde- y no puede explicarse a sí mismo. Y no necesita hacerlo.
Es lo que pienso. Pero soy sólo una muchacha y la primera que examina este asunto y
puede resultar que en mi ignorancia y falta de experiencia no lo haya comprendido bien.

(El diario de Adan y Eva)


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